Dios si juega a los dados
Oscar de la borbolla
Por: Ilse Daniela Velázquez Martínez.
@astreha
Cuantas veces no hemos tomado decisiones al azar y siguiendo nuestra intuición nos dejamos llevar y fluir creyendo en nuestra fe de decisión, a veces nos han salvado de muchas esas decisiones, que creemos que la suerte está de nuestro lado, pero cuando nos fallan culpamos del todo a la suerte, en realidad el universo es tan amplio que no sabemos lo que nos depara el destino y en que tramas tiene el futuro.
Algunas veces imagino los momentos que la humanidad ha pasado, las caras de tantas personas que han pasado frente a mí, tantas innumerables e incontables historias que podríamos hacer un libro sumamente infinito de todo lo acontecido en la historia.
De cuantas cosas no querriamos saber lo que le depara el destino, cuantas cosas asombrosas a cerca de la vida nos hacen tener escalofríos, descubrir que el mundo es tan grande y a la vez tan pequeño teniendo como claro y simple ejemplo el enterarte por el face que algún amigo es conocido de alguien impensable para ti.
En el libro Dios sí juega a los dados, todas esta historias están presentes, darte cuenta de que el posible amor de tu vida pasa innumerables veces enfrente de ti sin siquiera conocerla, recibir extrañas llamadas, hablar con un extraño y empezar una relación, historias fuera de la realidad e hiperrealismo plasmado en un sólo libro.
Un libro bastante interesante ya que el destino y el futuro se relaciona con geometría de fractales, matemáticas del caos, saltos cuánticos, atajos hacia otras dimensiones, eso y muchas otras cuestiones del destino es lo que el autor nos quiere explicar entrelazando todo esto con una especial historia de amor que específicamente no es de amor, una paradoja que hará que esta novela sea inolvidable y excepcional.
El león no es como lo pintan



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